![]() |
María y Gregorio Martínez Sierra |
This page is © Mario Lerena 2016 Mail Christopher Webber or visit his Homepage |
María de la O Lejárraga nació en el histórico pueblecito riojano de San Millán de la Cogolla el 28 de diciembre de 1874. Hija de un médico rural, recibió toda su formación escolar de su madre, Natividad García, mujer de gran cultura. Siendo aún niña se trasladó a Madrid con su familia. Estudió Comercio y Magisterio y, en 1897, obtuvo por oposición una plaza de maestra en las escuelas municipales de Madrid. Por entonces compartía ya amistad e inquietudes literarias con Gregorio Martínez Sierra (6 de mayo de 1881 – 1 de octubre de 1947), un estudiante de Filosofía y Letras seis años menor que ella, descendiente de una familia de industriales. Antes de casarse, la pareja había publicado conjuntamente seis libros, si bien el nombre de soltera de María tan sólo figuraba en un volumen de Cuentos breves (1899).
En el terreno lírico, obtuvieron un logro sensacional con Las golondrinas, de Usandizaga (1914); colaboración que proseguirían en La llama (1915). Especialmente cordial fue la relación de María con Turina (Margot, 1914; Jardín de Oriente, 1922) y con Falla, que convivió con la pareja durante la redacción de El amor brujo (1915) y de la pantomima El corregidor y la molinera (1917), transformada para Diaghilev en el ballet El sombrero de tres picos (Londres, 1919). Como director de escena, el gran logro de Gregorio fue la creación de un ‘Teatro de Arte’ en el popular Teatro Eslava de Madrid, entre 1916 y 1926. Con un novedoso cuidado del aspecto visual y sonoro de sus producciones, dicha empresa sirvió de catalizador de talentos artísticos de muy diversa índole (como el del joven Federico García Lorca, que estrenó allí su primeriza pantomima El maleficio de la mariposa, en 1920). En dicho escenario se presentó también la pionera revista ‘al estilo francés’ El jardín encantado de París (1925), concebida junto a José Juan Cadenas.
María, entretanto, se volcó en su activismo político y feminista. Figura destacada del madrileño Lyceum Club Femenino desde su fundación en 1926, creó su propia Asociación Femenina de Educación Cívica en 1931 y, en 1933, fue elegida diputada socialista por la provincia de Granada. Tras la guerra, vivió exiliada en Niza y, más tarde, en Londres, París, Nueva York, México y Buenos Aires. Allí prosiguió su infatigable labor literaria (como María Martínez Sierra) y murió, olvidada y sin descendencia, el 28 de junio de 1974. Acusada en ocasiones de cierta sensiblería aburguesada, la prosa de Martínez Sierra logró en sus mejores creaciones aportar cercanía y humanidad a la sofisticada estética del Modernismo hispano (muy influido, en principio, por el Simbolismo y Decadentismo finiseculares), en un teatro refinado, moderadamente renovador y comercial al mismo tiempo. Mención aparte merece su penetrante caracterización de personajes femeninos que, en buena medida, reflejaban las ansiedades existenciales de la propia autora. © Mario Lerena, 2016 [In English] [Back to top of page] |