Los sobrinos del capitán
Grant Diez años y cinco temporadas Acudir a ver por quinta temporada el montaje de Los sobrinos del capitán Grant al Teatro de la Zarzuela tras diez años de su exitoso estreno es ya casi un ritual. Pero aunque resulte increible, no por conocido cansa. El acierto de Paco Mir renovando muchos de los gags de su versión teatral en dos partes y tres actos hace de la reposición de cada nueva temporada una experiencia refrescante y novedosa. La belleza incombustible de la pieza de Fernández Caballero y Ramos Carrión y el gran despliegue humano, técnico y artístico visto sobre las tablas de la Zarzuela ponen el resto. Navidad tras navidad, vemos desfilar por la sala de la calle Jovellanos a niños, adolescentes, jóvenes, maduros y viejos disfrutando como si todos pertenecieran al primero de los grupos de edad enumerados. Este texto no pretende hacer balance artístico de lo visto en escena. Las únicas novedades dignas quizá de contar sean que Mar Abascal se ha hecho cargo con pleno acierto esta temporada del papel de Soledad, un rol que ya alternó con Milagros Martín en la anterior reposición y que Sarah Quist ha hecho lo propio con el de la solista de jazz maorí con una voz de enorme amplitud y precioso color. El resto de protagonistas ya trabajaron en la última cita de hace dos años y muchos de ellos lo han hecho en todas las reposiciones. José Miguel Pérez Sierra ha contendido con la dirección musical el mes cabal de funciones con seguridad y aplomo aunque quizá con tempi algo más lentos a los que estamos habituados. Si pensamos en el fenómeno de la continua presencia de público para ver este montaje tras diez años de permanencia en escena, cabría lugar realizar una reflexión sobre la oportunidad de transformar el Teatro de la Zarzuela en un teatro lírico de repertorio, como ocurre en el mundo alemán... Contar con una temporada que se basara en una treintena de títulos clave de la zarzuela grande o del género chico de muchos de los cuales se cuenta con buenas producciones propias que se iría enriqueciendo a base de estrenos de nuevas producciones donde combinar las recuperaciones de obras olvidadas con el montaje de clásicos aún no incluidos en el catálogo no sería tan descabellado. Creemos que sólo hay una verdadera cortapisa para que esto pudiera ser una realidad: el número de noches que el teatro programa lírica. Sería imprescindible aumentar esa cifra y con no mucho más esfuerzo, Madrid podría tener hecho realidad un sueño. Por el momento y a la espera de que las cosas se aclaren tenemos el gusto de dar a conocer que este espectáculo ha contado con el honor de ser retransmitido el día 8 de enero por La 2 de TVE, un privilegio del que han gozado muy pocas producciones de la casa. Esperamos que la nueva era Pinamonti sea pródiga en noticias de esta naturaleza. © Ignacio Jassa Haro, 2011 Reparto:
9/I/2012 |