Música de Pablo Sorozábal / Libro del
compositor basado en el drama de Joaquín Dicenta A pesar de que en 2009 ya pudimos disfrutarla en versión de concierto y que posteriormente se comercializó en CD, la noche del 5 de febrero de 2016 mientras bajaba el telón lentamente al final del tercer acto de Juan José sabíamos que estábamos siendo testigos de un acontecimiento histórico e inolvidable: el estreno escénico de la última obra de Sorozábal. A la par que una trompeta con sordina nos helaba el corazón recordando el tema de Paco el vencedor del drama una sospecha nos acongojaba todavía más: ¿sería finalmente aplaudido y comprendido Juan José en un estreno como este? Aunque el propio Sorozábal vaticinó que "el mundo da muchas vueltas y a lo mejor el año 2000 España vuelve a tener cierta cultura musical, por lo menos la que tenía el año 1936", lo cierto es que, si hoy podemos ver sobre las tablas este título, esto se ha debido al empeño artístico y personal de un italiano: Paolo Pinamonti. Ni que decir tiene que la cultura musical española es en 2016 mucho peor que en 1979 cuando se frustró su estreno y que hoy apenas existe público para Juan José. Pablo Sorozábal escribió su «drama lírico popular» pensando en los que, como él, eran hijos sentimentales del Julián de La verbena de la Paloma y el resultado fue el de una obra desbordantemente emocionante y dramáticamente eficaz. Sin embargo, quien hoy intente valorar a Juan José enfrentándola con la creación musical española de los años 60 ó 70 del pasado siglo, errará. Esta ópera, pesimista y dolorosa, está escrita para el pueblo humilde y «con corazoncito» que después de 1936 ya no era el mismo. Probablemente Sorozábal escribiese Juan José al enviudar pensando en sí mismo y en la totalidad de su obra. Por eso, quizás, este drama lírico solo admita la comparación con su «ópera chica» hermana Adiós a la bohemia o con las excentricidades armónicas (si se nos permite la expresión) de Las de Caín o La eterna canción. El libreto adaptado por el propio Sorozábal a partir del drama de trasfondo obrerista de Joaquín Dicenta tiene hoy, en pleno siglo XXI especialmente en su segundo acto insospechadas resonancias que incomodan al espectador más burgués: paro, hambre, violencia. La universalidad de los temas y la inmensa dignidad literaria y musical con que están tratados nos hacen pensar en la idoneidad de esta obra (que carece, prácticamente, de todo rasgo typical Spanish) para su difusión internacional. A sabiendas de lo utópico de la idea, esperamos por lo menos que la vida de Juan José no concluya con estas funciones madrileñas y que pronto pueda verse en otras plazas líricas españolas.
© Enrique Mejías García 2015
22/II/2016 |