Don Fernando el Emplazado

Valentín de Zubiaurre

Teatro Real
(Madrid, 15 de mayo de 2021)


una crítica de
Víctor Sánchez Sánchez
Ultimos momentos del rey Fernando IV de Castilla y Leon  (Jose Casado del Alisal, 1860)

Haciendo justicia con un rey injusto: la ópera Don Fernando el Emplazado de Zubiaurre

Valentín de Zubiaurre compuso esta ópera en su juventud impulsado por un deseo personal de afrontar el género del momento: la ópera. Era la gran prueba para cualquier compositor y a la vista de la calidad de la partitura la superó con solvencia. No tenía ningún encargo de una empresa ni las óperas españolas tenían mucho recorrido pero la terminó y en la España revolucionaria de 1868 le surgieron opciones: primero un concurso de ópera española, que ganó y le estrenó Don Fernando en el madrileño Teatro Alhambra en 1871, y después en el propio Teatro Real en 1874 promovido por el gran tenor Enrico Tamberlick.

Valentín  de ZubiaurreCasi 150 años después el Teatro Real vuelve a poner esta partitura sobre su escenario, en versión de concierto. Hay que felicitar al teatro por recuperar este interés hacia el patrimonio musical español –su propio patrimonio porque muchos de estos títulos se presentaron en sus tablas– y volver quince años después a aquel ciclo que, promovido por Jesús López Cobos, llevó a reestrenar en tiempos modernos las dos óperas de Arrieta (Ildegonda y La conquista di Granata) y un buen título de Ramón Carnicer (Elena e Costantino). Fueron excelentes versiones en concierto de las que surgieron unas valiosas grabaciones que nos permiten hoy en día conocer lo valioso del empeño operístico de algunos de nuestros mejores compositores. Aunque hoy en día el mercado discográfico es muy diferente, debería buscarse la forma de que un esfuerzo patrimonial como este deje su huella en algún tipo de registro. Podemos esperar también que tenga continuidad en nuevas propuestas de las muchas óperas que existen de Chapí, Bretón, Pedrell, Vives y tantos otros.

Aunque muchas veces se le da un carácter secundario, detrás de todos estos proyectos hay un gran trabajo musicológico, que parte de rastrear en el repertorio olvidado y termina con la elaboración de una edición crítica de la partitura, imprescindible para su interpretación hoy en día. El impulso investigador ha partido del Instituto Complutense de Ciencias Musicales que lleva más de treinta años impulsando este tipo de proyectos, que nos ha permitido tener una nueva visión de la importancia de este patrimonio musical español. En la edición de la partitura se ha contado además con un gran especialista, Francesco Izzo, editor general de las óperas de Verdi, todo un apoyo internacional para sacar estos propósitos más allá de cualquier cerrada pretensión nacionalista.

Don Fernando el Emplazado recoge la leyenda de la muerte del cruel rey Fernando IV, que condenó injustamente a los hermanos Carvajales, acusados de una falsa traición. Fueron salvajemente despeñados desde la torre del castillo de Martos, aunque antes anunciaron que el propio rey sería juzgado por Dios en un plazo de treinta días. Cumplido el tiempo establecido (el emplazamiento en términos legales, de ahí el apodo que se unió a su nombre), el rey falleció sin causa aparente, aunque en el drama aparece el fantasma del condenado para invocar a la justicia divina, a modo del comendador de Don Juan. Un místico cuadro del pintor José Casado del Alisal, expuesto en los salones del Senado para recordar los deberes de los justos gobernantes, muestra el fatídico momento de la muerte de Fernando IV. La historia tuvo un drama en verso de Bretón de los Herreros (1837), aunque el libreto de la ópera reelabora la trama para introducir un personaje femenino, Estrella, por el que rivalizan el rey y D. Pedro de Carvajal. Deja así lugar al característico triángulo del género operístico, con el tenor (D. Pedro) y el barítono (D. Fernando) luchando por el amor de la soprano. A estos se une el otro hermano, un fraile de la Orden de Calatrava, en la voz de bajo.

Valentín de Zubiaurre demuestra que conocía bien el género y es un buen músico, componiendo una partitura extensa llena de hermosos momentos líricos. Como era habitual en esta época recoge los elementos formales habituales de la ópera italiana, junto con las grandes escenas de la grand opéra francesa. Es verdad que el libreto adolece de profundidad dramática y trata momentos de gran tensión de forma rápida y tópica. Esto resulta especialmente sorprendente en el final donde el protagonista interactúa con un coro de cortesanos y no encuentra aquello que Verdi llamaba la tinta musicale.

Enrico TamberlickLa historia del libreto de la ópera de Zubiaurre tiene un recorrido complejo. El punto de partida fue un libreto en italiano en el que colaboraron dos escritores: el dramaturgo Riccardo Castelvecchio y Ernesto Palermi, por entonces tenor secundario del Teatro Real. No fue una colaboración, sino que Zubiaurre se vio en la obligación de buscar un nuevo libretista al quedar sin terminar el texto. Después la ópera se tradujo al castellano para presentarla al concurso de ópera española y así se estrenó en 1871. De cara a su estreno en el Teatro Real en 1874 se volvió al texto italiano original, que es el que se ha utilizado en esta nueva versión. Curioso caso de ópera española que surge en un contexto literario italiano del que no pudo salir. No debemos olvidar que todo el repertorio operístico de la época se traducía, desde las óperas francesas (la primera Carmen del Real fue en italiano) hasta el primer Wagner, como el Lohengrin que cantaba con éxito Gayarre.

Miren Urbieta-VegaEl Teatro Real ha reunido un reparto de primera fila para esta versión, la única de realizar de forma digna este tipo de recuperaciones. Los mayores aplausos se los llevó la soprano Miren Urbieta-Vega, una voz bella y bien equilibrada en todo su registro, que trasladó toda la emoción lírica del personaje especialmente en los dúos y en el gran terceto del segundo acto. Junto a ella el siempre seguro tenor José Bros, que no perdió nunca su hermosa línea de canto a pesar de las exigencias de un papel estrenado en el siglo XIX por el famoso Tamberlick. Bros sabe buscar la intensidad del canto, dando con seguridad esa base italiana tan adecuada para esta partitura. Más justo estuvo Damián del Castillo, en un papel complejo como el del rey que tal vez requería un barítono de mayores fustes. Le costó levantar la cabeza del atril, aunque resolvió adecuadamente los momentos líricos solventando sus límites en el registro agudo. El bajo Fernando Radó mostró que es una pieza sólida en este tipo de obras, con una lírica voz grande y redonda. Completaron el reparto unos buenos secundarios, sobre todo el activo Gerardo López, que pedía con sus movimientos más acción a la representación, y las sentencias del pregonero de Gerardo Bullón.

No es fácil preparar una ópera tan extensa en estos momentos. El retraso de las funciones de Peter Grimes redujeron al límite el número de ensayos, cuya falta se notó. Era difícil ir más allá de la buena lectura que pueden realizar los excelentes profesionales del teatro. El coro, que cantó con la mascarilla sin perder color ni sonido, evidenció algunos desajustes, al igual que en muchos momentos la orquesta sonó excesiva y descompensada, con cierta falta de finura. No ayuda tampoco la obligada separación sanitaria, que dispersa a los músicos e impide un control de la interpretación. Con todas estas circunstancias, más la consabida pantalla de metacrilato. tuvo que lidiar José Miguel Pérez Sierra, un buen director de ópera que sabe respirar bien con los cantantes, aunque tiene tendencia a llevar excesivamente rápido algunos tempos, encontrando momentos de emoción, especialmente en los concertantes, como el del final del acto segundo.

El Teatro Real ha recibido esta semana el International Opera Awards como mejor compañía de ópera, uno de los más prestigiosos premios del mundo operístico. Se lo han concedido por la temporada 2019, un año carente de proyectos como este Don Fernando, el Emplazado. Más allá de la anécdota, descubrir una ópera de Zubiaurre supone abrir una ventana más al rico y variado mundo operístico.  Esperemos que esta valorización del patrimonio musical tenga continuidad y en próximas ediciones pueda presentarla como un original elemento dentro de su brillante programación, por la que ha merecido justamente el premio.

© Víctor Sánchez Sánchez y zarzuela.net, 2021


Don Fernando el Emplazado
Ópera española en tres actos
(cantado en italiano)
Música: Valentín de Zubiaurre
Libreto: Riccardo Castelvecchio
y Ernesto Palermi

Reparto: José Bros (Don Pedro de Carvajal), Miren Urbieta-Vega (Estrella), Damián del Castillo (Fernando IV), Fernando Radó (Don Juan de Carvajal), Gerardo López (Don Rodrigo), Pregonero (Gerardo Bullón). Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real (Coro Intermezzo y Orquesta Sinfónica de Madrid), d. mus. José Miguel Pérez Sierra.

Don Fernando el emplazado (Teatro Real 2021)

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portada de zarzuela.net

19/V/2021