Chueca y Bretón Los descamisados / La verbena de la
Paloma Se acerca el verano a Madrid; terrazas, parques, calles y plazas… todo cambia de color y la alegría que irradia el género chico impregna los rincones de una ciudad que siendo muy europea sigue teniendo mucho de sainete o de astracanada. A Madrid no le apetece ahora la gravedad de una Tabernera o el romanticismo de un Jugar con fuego. Es el momento de reír, de bailar y de ponerse el pantalón corto. Quizás alguno se atreva a sacar la gorra y más de una su mantón de Manila. En cualquier caso es el turno del teatro breve, del chotis, del pasodoble y de la mazurca; de un teatro que sin pretender trascender ha conseguido como pocos mantenerse pleno de vigencia, de espontaneidad y de juventud bien entrado el siglo XXI. ¿Quién se lo iba a decir a Arniches, a López Silva o a Jackson Veyán? Pero esto no se consigue de cualquier manera. Las cosas claras: no todo vale en el género chico. Y así lo sabe y entiende Ópera Cómica de Madrid que por tercer año consecutivo vuelve al Centro Cultural de la Villa para ofrecernos una temporada primaveral-veraniega con sendos programas dobles de teatro corto musical. Sus bazas a jugar son las de siempre: un equipo artístico de primer nivel, textos trabajados con muchos ensayos por detrás y propuestas escénicas que, normalmente, se salen de lo “tradicional” para ofrecernos nuevos enfoques y maneras de entender obras sobre las que pesan demasiados tópicos y absurdos antiteatrales. Con la inquietud que les caracteriza, además, el equipo de Ópera Cómica ha proseguido su labor de recuperación de títulos olvidados. Junto a una siempre eficaz y taquillera Verbena de la Palomase ha programado un Chueca nuevo y diferente: Los descamisados, sainete lleno de gracia, de trasfondo político y con una música como sólo cabía esperar del maestro madrileño: alegre, chispera, rebosante de inspiración. Francisco Matilla en esta ocasión ha propuesto para ambos sainetes una lectura filológica, llena de realismo y de humanidad. En el caso de Chueca casi se podía respirar el serrín de la carpintería en la que transcurre la acción. La visión de la obra de Bretón fue, si cabe, aún más naturalista, muy “auténtica”, con espacios arrabaleros y alejados de la estampa romántica en la que se suele caer al montar el mítico sainete de Ricardo de la Vega. La belleza del vestuario diseñado por Mariana Mara compensa esta “pobreza” escenográfica –intencionada o no–, aunque lamentamos la penosa calidad de los equipos de iluminación del Centro Cultural de la Villa que no permiten, en cualquier caso, una mayor vistosidad del espectáculo, con resultados siempre oscuros y tenues. ¿Para cuándo una reparación de tales instalaciones, Ayuntamiento de Madrid? Entre los actores-cantantes destacaron dos figuras ya casi emblemáticas como son Marta Moreno y Juan Manuel Cifuentes. La primera, exquisita en el Chueca y “tremenda” como tía Antonia en La verbena. Cifuentes, más comedido que en otras ocasiones, llevó el peso de la función en Los descamisados y volvió a enfrentarse al personaje de Don Hilarión con mayor acierto que en la producción del Teatro de la Zarzuela de la pasada temporada. Como momento inolvidable es de reseñar el sabrosísimo dúo a tiempo de gavota-chotis que ambos nos ofrecieron en el título de Chueca. ¡Así se interpreta género chico! Entre el resto de artistas implicados en La verbena de la Paloma no podemos dejar de mencionar el Julián de Enrique Ferrer, la Susana de Francesca Calero o la Señá Rita de Lola Casariego, sencillamente perfecta. En Los descamisados es muy encomiable el trabajo realizado por Javier Ibarz como Sandalio, Enrique Ferrer, como hilarante Florito y la presencia de una nueva tiple, joven y guapa, de bellísima voz, como Saioa Hernández que fue Silvina en el Chueca y la Casta (nada rubia, por cierto) en el caso de Bretón. Terminaremos este repaso señalando el buen hacer de Javier Ferrer, Juan Manuel Velasco y Paco Sánchez Marín –¡qué tres tipos!– en la mazurca de los socialistas. El Ensamble Instrumental de Madrid sonó bien y estuvo correctamente dirigido por Cristóbal Soler del que se hubiera esperado, sin embargo, mayor garbo y tiempos más vivos para Los descamisados. Buena dirección de una Verbena que tuvo como punto álgido la escena de la soleá, cantada en precioso efecto desde el interior del Café de Melilla. Perfecto y muy bien movido el coro de Ópera Cómica de Madrid. Poco más queda por decir. Aprendan de este modelo, de esta manera de trabajar, tantas y tantas compañías que aún hoy piensan que para montar género chico hay que volver reiterativamente a un Madrid que nunca existió y que a día de hoy dista mucho de la expectativa estética de un público informado y con interés por que se le ofrezca algo “nuevo”. Haciendo las cosas así de bien, por mi parte, me descamiso y me voy a la verbena de la Paloma. © Enrique Mejías García, 2007 Los descamisados. Reparto: Sandalio - Javier Ibarz, Pérez - Juan Manuel Cifuentes, Florito - Enrique Ferrer, El Pelao - Javier Ferrer, El Colorao - Juan Manuel Velasco, El Chaval - Paco Sánchez Marín, Eulogia - Marta Moreno, Silvina - Saioa Hernández. La verbena de la paloma. Reparto: Don Hilarión - Juan Manuel Cifuentes, Don Sebastián - Javier Ibarz, Julián - Enrique Ferrer, Señá Rita - Lola Casariego, Susana - Francesca Calero, Casta - Saioa Hernández, Tía Antonia - Marta Molero, El Tabernero - Javier Ibarz, El sereno - Carmelo Peña, Doña Severiana - Beatriz de Urbina, Mariquita - Elena Ramos, Guardia1 - Carlos Fernández, Guardia 2 - José Manuel Velasco, Mozo 1 - Paco Sánchez Marín, Mozo 2 - Didier Otaol. Ballet de Concerto XXI, Coro de Ópera Cómica de Madrid, Ensamble Instrumental de Madrid, Cristóbal Soler (director musical), Francisco Matilla (director de escena), Mariana Mara (vestuario), Marco Berriel (coreógrafo), Pedro Pablo Melendo (iluminación) Emigrantes y La
señora capitana La temporada zarzuelística del Centro Cultural de la Villa se ha completado con el interesantísimo programa doble de Emigrantes junto a La señora Capitana, también producido por Ópera Cómica de Madrid y que ya fue comentado por nuestro compañero Ignacio Jassa Haro en noviembre de 2003 con motivo de su representación en el Teatro Villamarta de Jerez . No podemos pasar por alto el impecable resultado en la escenificación de dos zarzuelas tan infrecuentes y que el que les escribe nunca había visto sobre las tablas. En lo artístico se rozó la perfección y el regocijo de los asistentes quedó colmado sobremanera. Destacó de nuevo, ¡cómo no!, Juan Manuel Cifuentes tanto en la melodramática Emigrantes como en la inspiradísima y resalada Señora capitana. En esta última Lola Casariego fue una perfecta y deliciosa Nicolasa, cantando con voz redonda y suave sus cuplés de entrada. En el dúo cómico a tiempo de chotis ambos artistazos cautivaron a un público que sabe que de esta manera y no de otra se interpreta el género. Nombremos también a Marta Moreno, impecable Josefina, y a Ruth Del Aria, muy guapa y de timbre precioso. En Emigrantes no hay que olvidar lo bien que interpretó el zortziko Ellier Muñoz o a Carmelo Peña como Bermejo. El único lunar que se puede poner a estas funciones es la poca brillantez con que la orquesta interpretó una partitura como la de La señora capitana. En Emigrantes, sin embargo, el resultado fue mucho más acabado y preciso. EMG Emigrantes , cuadro lírico en un acto de Pablo Cases, música de Tomás Barrera y Rafael Calleja. Reparto: Juan Manuel Cifuentes – Tordiyo; Ruth Del Aria – Loliya; Carmelo Peña – Bermejo; Javier Ibarz – Arturo; Ellier Muñoz – Un vascongado; Enrique Ferrer – Marinero. La señora capitana, juguete cómic-lírico en un acto de José Jackson Veyán. Música de Tomás Barrera y Joaquín Valverde Sanjuán. Reparto: Lola Casariego – Nicolasa; Marta Moreno – Josefina; Ruth Del Aria – Delfina; Rubiales – Juan Manuel Cifuentes; Javier Ibarz – Napoleón; Enrique Ferrer – Lobo; Carmelo Peña – Bravo; Ellier Muñoz – El vizconde. Director de escena: Francisco Matilla. Director musical: Carlos Cuesta. |