¡Ay, amor!

El amor brujo
Música: Manuel de Falla Libro: los Martínez
Sierra |
La vida breve
Música: Manuel de Falla Libro: Carlos Fernández
Shaw |
Teatro de la
Zarzuela, Madrid 21 de septiembre de 2012
¡Ay,
amor… ay, Pinamonti! Una crítica de
Miccone
Se ha dado el pistoletazo de salida a una nueva etapa del Teatro
de la Zarzuela: la etapa Pinamonti. El director artístico que
ha hecho rasgarse las vestiduras a los abonados de miras más obtusas
(¡un italiano en la calle Jovellanos!), se ha presentado al “todo
Madrid” con una de sus marcas más personales y queridas, el
¡Ay, amor! del difunto Herbert Wernicke, que se
estrenase en un ya lejano 1995. Después de su andadura por salas como la
Moneda de Bruselas o el San Carlos lisboeta, este programa doble de El amor
brujo y La vida breve, ha llegado a la Zarzuela inaugurando la
temporada 2012-2013 sin zarzuela, es cierto, y por eso no podemos dejar de
lamentar que su programador no haya optado por arriesgar con un
“titulazo” más genuino u original. Falla, Turina,
Granados… no componían mal, pero el caso es que hoy se nos
antojan más sugerentes apellidos como Oudrid, Bretón o Vives.
En cualquier
caso, no podemos dejar de admitir la impecable belleza estética de
¡Ay, amor!, que soporta muy bien el paso del tiempo. Su
propuesta simbolista, estrechamente ligada con la iconología de Julio
Romero de Torres, además de poética es muy noventera en
línea y tonalidad. El plano inclinado de la esquemática
escenografía, aunque aparatoso para el desarrollo de la
coreografía de Natalia Ferrándiz en El amor
brujo, ayuda a acentuar las composiciones planas y expresivas de La
vida breve. Y es que no tenemos ninguna duda, en ¡Ay, amor!
gana por goleada la ópera al ballet. El desdoblamiento del personaje de
Candelas en una bailarina (la propia Ferrándiz) y una cantaora
(Esperanza Fernández) va en contra de la intensidad
narrativa del programa de los Martínez Sierra y, por otro lado, la
megafonía no ayuda con su sonoridad áspera y antinatural.
Frente al
onirismo poco racial de El amor brujo de Wernicke, cosa muy distinta
es su Vida breve. Quizás la clave resida en el concienzudo
trabajo artístico de todo el equipo con el nombre de
Lola Casariego al
frente. Su Salud es de principio a fin intachable aunque desde el “Vivan
los que ríen” definitivamente se crezca como monstruo de las
tablas que es y sienta cada fibra del personaje (cada corchete de semifusa)
como suya propia. Doña Milagros
Martín como Abuela corrobora las maneras apuntadas el curso
pasado en El Gato Montés: es la característica del
futuro, la futura madre o tía que todo barítono de zarzuela
querrá tener. Junto a ella, también asume su rol de señor
maduro Enrique Baquerizo como Tío Sarvaor. Su
interpretación, si no especialmente brillante en lo vocal, se
compensó con una interpretación sobradamente emotiva. Por
último, el Paco de José Ferrero resultó
excelente en lo canoro (muy brillante en sus líneas del dúo),
aunque lamentamos que, como tantos tenores, sea incapaz de transmitir con
veracidad sus emociones.
Párrafo aparte hemos reservado para la Orquesta de
la Comunidad de Madrid, dirigida en esta producción por el
reputado Juanjo Mena. Como hemos dicho en otras ocasiones:
esta orquesta cuando quiere, puede. En especial tenemos que señalar la
intensidad y precisión de La vida breve, ya que en El amor
brujo se hace uso de la versión camerística como
“gitanería” de 1915 con resultado francamente desigual. Otro
claro triunfador de ¡Ay, amor! es el Coro del Teatro de
la Zarzuela dirigido por Antonio Fauró. Si
siempre se destaca la implicación del grupo sobre las tablas esta vez,
además, hace gala de disciplina siguiendo con comedimiento las pautas
del realizador de la puesta en escena, Wendelin
Lang.
Concluiremos destacando dos sabrosísimas novedades en torno
a esta nueva etapa en la Zarzuela. En primer lugar, la buena noticia de que se
retome la venta de los libretos con artículos y el texto completo de las
obras. El último fue el de Hangman, hangman! /
The town of greed de 2007, hace ahora precisamente un lustro.
Además, cada función contará –como en tantos teatros
líricos de prestigio– con una conferencia informal previa de
quince minutos para orientar a los espectadores que lo deseen sobre distintos
aspectos de las obras y/o las puestas en escena. No pinta nada mal,
¿verdad? ¡Ay, Pinamonti… sigue por este camino!
© “Miccone”, zarzuela.net
2012
¡AY, AMOR! El
amor brujo, La vida breve (de Falla) Reparto: CANDELAS (cantaora) Esperanza
Fernández, CANDELAS (bailaora) Natalia Ferrándiz, SALUD Lola
Casariego (21, 23, 28, 30 de septiembre y 5, 7, 10, 17 y 19 de octubre),
María Rodríguez (22, 27, 29 de septiembre y 3, 6, 12, 14 y 20 de
octubre), LA ABUELA Milagros Martín, CARMELA Ruth Iniesta, VENDEDORA
PRIMERA Milagros Poblador, VENDEDORA SEGUNDA Mª Elena García,
VENDEDORA TERCERA Julia Arellano, PACO José Ferrero (21, 23, 27, 28, 29,
30 de septiembre y 3, 6, 7, 10 de octubre) Andrés Veramendi (22 de
septiembre y 5, 12, 14, 17, 19 y 20 de octubre), EL TÍO SARVAOR Enrique
Baquerizo, EL CANTAOR José Ángel Carmona, MANUEL Josep-Miquel
Ramón, UNA VOZ EN LA FRAGUA Gustavo Peña, LA VOZ DE UN VENDEDOR
Ignacio del Castillo, UNA VOZ LEJANA Javier Ferrer. Dirección de escena,
escenografía y vestuario - Herbert Wernicke, Realización de la
dirección - Wendelin Lang, Iluminación - Hermann Münzer,
Coreografía - Natalia Ferrándiz. Orquesta de la Comunidad de
Madrid Titular del Teatro de la Zarzuela, Coro del Teatro de la Zarzuela (d.
Antonio Fauró), Juanjo Mena (21, 22, 23 de septiembre y 3, 5, 6, 7 de
octubre), Guillermo García Calvo (27, 28, 29, 30 de septiembre y 10, 12,
14, 17, 19 y 20 de octubre)
in English
Lola Casariego
(zarzuela.net)
Milagros Martín
(zarzuela.net)
portada de zarzuela.net
28-IX-2012 |