‘El cantante de Sorozábal’
Entrevista a... La primera vez que hablamos fue en una cafetería de Villaviciosa de Odón donde, desde hace muchos años, desayunamos los sábados cinco amantes de la zarzuela y debatimos sobre ella. Aquel día, detrás de nosotros, observé a una persona desayunando que me resultaba familiar, tan familiar que le había visto la noche anterior en el Teatro Español. Era Javier Galán que estaba con un amigo. El recinto no era el viejo café de Adiós a la bohemia, ni nadie leía El Heraldo, ni se oían de fondo las delicadas notas del maestro Sorozábal. Se trataba de una bulliciosa cafetería que, sin duda, rompería el sueño del maestro. Hoy nos citamos en la cafetería del Hotel Palace de Madrid, lugar muy próximo al Teatro de la Zarzuela donde, en una hora, comienza su actuación en esta representación de Carmen que estamos viendo estos días en Madrid. ¿Qué piensas de la nueva visión de
Carmen que estás cantando en el Teatro de La
Zarzuela? Dado que no has cantado género
chico y por tanto no habrás ‘caído en las redes’ de
sus equivocados detractores, ¿qué piensas de la ‘otra
parte’ de la zarzuela aquella que tiene dos, tres o cuatro
actos? Los libretos e historias, en ocasiones, requieren una revisión para ser entendidos en nuestros días. Aquellos textos fueron escritos en ciertos ambientes, con ciertos condicionantes. El contexto pesaba mucho en el resultado. Muchas obras se escribían en ‘horas’ para satisfacer la demanda de un productor, para su ‘consumo inmediato’ y eso afectaba a la calidad del resultado, pero aún así es muy interesante su rescate y puesta a disposición del aficionado y del público en general. La eterna canción, Black el
payaso, Adiós a la bohemia, Las de Caín, Katiuska, Don Manolito,
La del manojo de rosas, La tabernera del puerto. Todo un
experto en Sorozábal. Quizás seas el cantante que más
obras de Sorozábal ha cantado jamás. ¿Qué piensas
de él? También el trabajo de Mario Gas, en Adiós a la bohemia, como el de Ignacio García, en Black el payaso y otras producciones, fueron claves en esos montajes. Ignacio sacó todo de mí, me pedía y me pedía y yo siempre trataba de responder a sus peticiones y el resultado fue de un éxito tal que muchas noches estuvimos a punto de bisar las romanzas. Fue una gran oportunidad para mí poder conocer a este gran músico a través de sus partituras. ¿Qué nos sugieres hacer para ver rescatada
alguna obra más de Sorozábal?
Desde la región valenciana, tan ligada a la
historia de la zarzuela y de la música en general ¿cómo se
percibe este género que tanto nos preocupa a muchos?
La sana rivalidad entre sociedades locales ha provocado que el nivel de sus formaciones sea altísimo en muchos casos y donde cada vez más, se ofrece la posibilidad de estudiar instrumentos de cuerda, canto y piano. Esta realidad crea afición y facilita la posibilidad de conseguir cantantes y músicos de mucho nivel, que luego dan el salto al teatro lirico en general y a la zarzuela en particular, y a las formaciones sinfónicas nacionales y extranjeras. Mis tres hijos, a través de la sociedad musical de nuestro pueblo, ya estudian música. Uno toca la trompeta, otro la flauta y otro el bombardino, instrumentos que posibilitan tocar en una banda y en cualquier orquesta. Reciben una educación musical, desde el primer momento, de primera magnitud. Mi hija ya ha dado el paso al grado profesional del conservatorio con once años. Consecuencia de esta arraigada ‘afición’ son los cientos de instrumentistas y de cantantes que salen continuamente de sus filas. ¿Qué
debemos hacer para retomar nuestro teatro lírico?
Es importantísima la labor de creación de puestos de trabajo estables buscando la tranquilidad para aquellos que se quieran dedicar a profundizar y a mejorar en la interpretación y demás campos que componen un teatro lírico. Pienso que los cantantes españoles no son ni mejores ni peores que los de otros países, lo cierto es que lograr un buen intérprete necesita su tiempo, pero tiempo pisando un escenario, y solo a través de la experiencia real se pueden conseguir grandes intérpretes. He tratado siempre de aprovechar las escasas oportunidades que se me han dado y también he aprovechado el cantar en compañías humildes pero que te permiten ‘rodar’ roles importantes, por lo que creo que la solución pasa por la creación de escenarios, no de primer nivel, que den cabida a mucha más gente de los que hay ahora mismo. ¿Existen directores, ‘jóvenes’,
que observes interesados en el género? Si
fueras Ministro de Cultura (de cualquier gobierno de la Nación),
¿qué medidas tomarías de forma inmediata?
Fomentaría la cultura musical en los niños. Recuerdo cuando era pequeño que semanalmente nos llevaban, en el colegio, a conciertos. Mi afición nació ahí. Habría que cuidar los montajes, pues a veces en lugar de ‘hacer público’, ‘pierdes público’. La calidad y la profesionalidad son claves en este aspecto. Enedina Lloris tradujo varias óperas para hacerlas más asequibles a un público muy joven y las representábamos a piano, en los salones de los institutos. Una gran iniciativa que podría ser muy útil para este tema. Fomentaría el uso de los medios audiovisuales, TV, internet etc. para la difusión de la música. El tener teatros de 2º nivel serviría de cantera para aquellos cantantes, y músicos en general, como lugar de formación que ayudaría a coger esa experiencia que es imprescindible para el salto definitivo a otros teatros de primera fila. Recuerdo una idea de un político europeo que en los años 50 decía que “lo que se invierte en cultura, te lo ahorras en cárceles y en juzgados”. Javier debe irse. En breve
comienza su actuación en la Carmen del Teatro de La Zarzuela.
Nuestras jóvenes voces tienen grandes ideas. Ojala el ministro de turno
tuviera la iniciativa de preguntarles, de escucharles y de llevar sus ideas a
la práctica. © Pedro Gómez Manzanares in English 10/XI/2014 |