Presentación de la temporada 2014/15 del Teatro de la Zarzuela

Polémica en Jovellanos



Triple editorial firmado por

Ignacio Jassa Haro, Pedro Gómez Manzanares y Christopher Webber

Temporada 2014-15 (Teatro de la Zarzuela)


Con una semana de retraso sobre la fecha incialmente anunciada debido a un imprevisto, el Teatro de la Zarzuela ha madrugado considerablemente este año para presentar sus planes para el próximo curso teatral. Tal y como ha ocurrido desde la llegada de Paolo Pinamonti al coliseo de la calle de Jovellanos, la propuesta artística no deja a nadie indiferente. Mientras algunos la han llegado a tildar del proyecto artístico más ambicioso en la historia reciente de esta institución otros sienten traicionado su espíritu. Hemos querido por ello dejar que varias voces se alcen para opinar. Si casi siempre ha sido uno de nuestros dos editores el encargado de dejar su opinión sobre la propuesta presentada, en esta ocasión hemos creido más adecuado enfrentar las ideas de ambos y añadir la de nuestro regular colaborador Pedro Gómez Manzanares. Recordamos que estas opiniones sólo son eso, la visión de cada una de estas personas.


  Ignacio Jassa Haro: La temporada más ambiciosa jamás presentada
  Pedro Gómez Manzanares: La nueva temporada "de zarzuela" del Teatro de la Zarzuela
  Christopher Webber: Panorama desde el puente (de Londres)

  Apéndice: Pierre-René Serna: Desconcierto desde París


La temporada más ambiciosa jamás presentada

La era Pinamonti llega a su tercera temporada con titulares sorprendentes: en plena crisis y con un presupuesto de menos de 8 millones y medio de euros, se van a programar 14 títulos de teatro lírico. ¿Qué no se podría hacer en este teatro si se contara con un poco más de holgura económica? (Algo que no necesariamente tendría que ser a costa del erario público sino simplemente realizando un reparto más equitativo de los recursos públicos destinados a los dos teatros líricos de la ciudad.)

Esas cifras, por supuesto, hay que matizarlas: sólo 6 de esos títulos se interpretan escénicamente en la sala principal, 2 de ellos combinados en un extraño programa doble. Los otros 3 que se escucharán en Jovellanos lo serán en versión de concierto y los 5 restantes hasta llegar a 14 se alcanzan a base de cuatro propuestas educativas (una de ellas doble) a desarrollar en espacios externos pertenecientes a dos instituciones colaboradoras: la Universidad Carlos III de Madrid (en su auditorio del campus de Leganés) y la Fundación Juan March (en el salón de actos de su sede madrileña).

Destacamos sobremanera entre las producciones escénicas la entrada de Offenbach tras larga ausencia con un título de larga resonancia en Madrid: La gran duquesa de Gerolstein. La obra contará con dirección escénica de Pier Luigi Pizzi y se interpretará de acuerdo a una nueva traducción firmada por nuestro compañero Enrique Mejías que ha contemplado dos versiones castellanas históricas de esta zarzuela bufa.

El otro gran foco de atención es el programa doble Gershwin-Alonso donde Emilio Sagi se tendrá que enfrentar a la tijera para convertir una musical play en dos actos y una opereta de igual extensión en un espectáculo al uso. Creemos muy relevantes ambas recuperaciones pero estimamos errado no hacerlo de forma separada, pues pensamos que eso comprometerá la esencia teatral de cada pieza. Además nos parece poco coherente no traducir la pieza norteamericana, única de toda le temporada que no se interpretará en castellano.

El tercer montaje novedoso supone la vuelta a los orígenes de Carmen de Bizet, no solo a su estreno original como opéra-comique sino a su presentación en este mismo coliseo como zarzuela. Más allá de esas curiosidades que van a permitir una aproximación más cercana a la segunda "ópera" más programada del repertorio (Operabase dixit), el espectáculo va a pivotar alrededor de una reflexión en clave femenina sugerida por la directora escénica Ana Zamora.

El capítulo de reposiciones cuenta con una no por relativamente reciente menos esperada: la de Los diamantes de la corona de Barbieri por José Carlos Plaza. La otra nos saca de los límites cronológicos y genéricos del fenómeno zarzuelístico cultivado en Jovellanos para trasladarnos a una obra, también motejada zarzuela, de cuño neoclásico recuperada con mimo por el Teatro Español hace no demasiado tiempo: Clementina de Boccherini, en la regia de Mario Gas.

Para este repóquer de montajes contamos con batutas de excepción: Andrea Marcon con la obra dieciochesca, Rafael Frühbeck de Brugos para Barbieri, Kevin Farrell para el tándem hispano-norteamericano, Yi-Chen Lin directora chino-norteamericana para Carmen y el director musical de la casa, Cristóbal Soler, para el Offenbach. Él mismo asumirá dos de las tres citas de zarzuela en versión de concierto: la Maruxa de Vives con que se abrirá la temporada y La dogaresa de Millán con que casi se cierra el curso. Otra batuta invitada importante, la de Miguel Ángel Gómez Martínez, nos promete disfrutar un feliz momento escuchando La marchenera de Moreno Torroba. Tres grandes títulos de los que, al menos el primero (de cuyo estreno se cumplen cien años) debería de haberse podido disfrutar en escena.

En el proyecto pedagógico resaltamos ante todo la recuperación de Fantochines de Conrado del Campo en la Fundación Juan March. Esta misma institución ofrecerá un programa doble bilingüe con Une éducation manquée de Chabrier (entendemos que con hablados castellanos y cantables franceses) y Los dos ciegos de Barbieri, aunque estas dos obras se tocarán con acompañamiento de piano. En el auditorio de la Universidad Carlos III en Leganés se estrenará por su parte un cuento lírico de José Miguel Moreno Sabio titulado Isabel basado en poemas de Lorca y Muelas, y la tonadilla La cantada vida y muerte del capitán Malbrú de Valledor.

Completan la rica temporada en lo que a teatro lírico se refiere las conferencias que preceden a cada título escénico, las exposiciones que coincidirán con los mismos y algunas proyecciones cinematográficas en relación a Carmen, así como sendos conciertos líricos (los clásicos de Navidad, este año con el atractivo de sumar coro infantil, y del concurso de canto de la Fundación Guerrero).

© Ignacio Jassa Haro, 2014


La nueva temporada "de zarzuela" del Teatro de la Zarzuela

Desde hace muchos años venimos asistiendo, como abonados, a las representaciones que "nuestro" Teatro de la Zarzuela nos viene proponiendo bajo la dirección de diversos profesionales, a veces excelentes y apropiadas elecciones y a veces no tan acertadas, pero en todo caso asistimos respetuosos a todas ellas. Como todos los años, hemos recibido las instrucciones para adquirir nuestros abonos correspondientes a la temporada próxima 2014-2015 y vemos asombrados que nuestros abonos para la temporada de zarzuela van a incluir títulos alejados de lo que se esperaba. No discutimos sobre la importancia ni la posible calidad de los montajes elegidos, lo que realmente nos indigna (palabra en estos tiempos bastante utilizada por razones varias) es la elección de los títulos para la Temporada de "Zarzuela" (recalcamos la denominación "Temporada de ZARZUELA").

Por supuesto que estamos totalmente abiertos a ver diferentes visiones sobre los montajes, incluso aquellos que muchos consideran "transgresores", pero… esto está lejos de lo que esperábamos.

Nos referimos a esas escasas cinco citas en las que vemos anunciadas representaciones completas (no nos estamos refiriendo al ciclo de zarzuelas en versión concierto, que nos parece una razonable iniciativa). ¿Es esta nuestra temporada de zarzuela? ¿Cómo un teatro cuya misión, entendemos, debería ser programar zarzuelas "se digna" a programar títulos como Carmen, Lady, be Good! y La gran duquesa de Gerolstein?

¿Cómo se atreven a denominar a este abono como de "Zarzuela"? ¿No podrían ponerse estos títulos fuera de la programación de Zarzuela (en el mismo o en otro teatro)?¿Es que los responsables de esa elección no tienen la cultura musical adecuada para saber que hay miles de zarzuelas entre las que podrían elegirse las adecuadas para este recinto y para la temporada de "Zarzuela"?

Son muchas las personas que están indignadas con lo que están viendo. Hemos oído a un abonado que decía: "Es como si compro un abono para ver partidos de fútbol y me ponen corridas de toros dentro del abono".

¿Qué está pasando?¿Qué se está buscando? ¿Se busca el beneficio propio? ¿Se busca el beneficio de amigos? ¿Se busca el apoyo a la ZARZUELA?...

¡Estamos indignados y somos muchos!

© Pedro Gómez Manzanares, 2014


Panorama desde el puente (de Londres)

Como expectador foráneo y auténtico fan del trabajo del Teatro de la Zarzuela me enfrento a una situación parecida a la del humilde campesino que encontrándose cara a cara ante el genio de la lámpara siente cómo éste le dice: "Puedes formular tres deseos, pero ten mucho cuidado con lo que pides".

Lo primero que le desearía a la zarzuela es que se derribaran las barreras entre dicho género hispano y las formas equivalentes de teatro musical de otros países de modo que se pudiera presentar yuxtapuesta junto a obras francesas, germánicas, eslavas o británicas relacionadas cronológica y artísticamente con ella. Me habría gustado ver Les diamants de la Couronne de Auber programada en paralelo a la muy diferente pieza de Barbieri. En vez de eso se nos propone otra producción de una de las obras más amaneradas y musicalmente endebles que Offenbach firmara. ¡Primer deseo desvanecido!

También habría deseado ver clásicos del repertorio compaginados con importantes reposiciones de títulos conocidos. ¿Una gran revista de Alonso? ¡Fantástico! ¿Entreverada con un anticuado título de Gershwin interpretado en inglés americano? ¡Terrible! ¿Maruxa y La dogaresa? ¡Maravilloso! Pero… precisamente por eso tan solo podremos verlas en forma de concierto, para el caso de Vives en una única velada coincidiendo con la apertura de la temporada, lo que la hará virtualmente imposible para muchos devotos del compositor encontrar entradas. ¡Segundo deseo desvanecido!

También habría deseado que el Teatro nos permitiera ver cómo la zarzuela trasciende el mero entretenimiento para abordar asuntos con calado social todavía hoy vigentes, como la eterna cuestión de lo gitano. ¿Vamos a ver programada esa obra maestra de Chapí llamada La chavala, con su devastadora panorámica del choque entre el mundo rural y el urbano? Pues no. Lo que se nos ofrece es una reposición sin sentido de la ópera más trillada del repertorio, con cierto enfoque feminista envolviendo el producto como una suerte de papel de regalo. ¡Uahhh! No acierto a adivinar cómo se sentirá el público del Teatro de la Zarzuela en relación a Carmen, pero para mi su puesta en escena es una decisión sumamente decepcionante, falta de imaginación, anti-artística y anti-intelectual, aun a pesar de que se haga en español alternando partes habladas y cantadas. ¡Tercer deseo desvanecido!

El genio se ha metido de nuevo en su botella y mis deseos se han esfumado. Somos conscientes de que los recursos escasos exigen una fiscalización del gasto, pero hay una estupidez en esta programación que esconde tras de sí una falta de vision crónica y una falta de fe en la propia zarzuela. No guarda coherencia desde un punto de vista intelectual. Carece de ambición artística. Tiene garantizado no agradar a nadie.

Debería haber puesto más cuidado al formular mis deseos.

© Christopher Webber, 2014


Desconcierto desde París

Estoy totalmente de acuerdo con Pedro Gómez Manzanares y Christopher Webber. El anuncio de la nueva temporada del Teatro de la Zarzuela me ha abrumado. ¡Una absurdidad y un despropósito! La mitad de las obras programadas no son zarzuelas… ¿Qué vienen a hacer aquí, en la cuna del arte lírico español, Carmen, Offenbach, Gershwin, Chabrier?... En pequeñas dosis, por qué no… Pero no así, con tal preeminencia. Además, las obras que sí son zarzuelas son las de siempre y, aparte de Luna de miel en el Cairo (¡buena idea esta vez!), sin novedad ninguna. Incluso las que están en versión de concierto…

Cabe esperar que esta errada programación sólo sea un paréntesis aislado. Y que en la próxima temporada se producirá el retorno a la zarzuela plena y entera, con tantos cientos de títulos que merecen salir del olvido (como fue el caso de Curro Vargas este año) junto a las zarzuelas del repertorio habitual. El Teatro de la Zarzuela -¡subvencionado por el ministerio de la cultura español!- se debe de ofrecer y defender el arte específico que le da su nombre. Un buen modelo a seguir es, por ejemplo, el teatro Opéra-Comique de París, que defiende con valentía, y con una apropiada investigación musicológica, el repertorio de su casa. Si no, ¿quién lo hará?...

Desde París, Pierre-René Serna
(autor del libro en francés
Guide de la Zarzuela)


in English
Teatro de la Zarzuela - folleto de la temporada 2014/15
portada de zarzuela.net

21/V/2014