Presentación
de la nueva
temporada
del
Teatro de la
Zarzuela

(2012-13)


Análisis y
comentarios de
Ignacio Jassa Haro

Paolo Pinamonti
Paolo Pinamonti


Resulta emocionante para quien suscribe estas líneas en calidad de editor español del portal zarzuela.net poder dedicar una crónica optimista, como la presente, a una presentación de temporada del Teatro de la Zarzuela. Tras casi diez años en estos menesteres siempre habíamos anhelado suscribir lo que hoy vamos a hacer aunque nunca tuvimos certeza de si podríamos ser testigos de un verdadero cambio que permita afirmar como ahora lo hacemos que el coliseo de la calle Jovellanos tiene por fin un rumbo bien definido.

Cristobal SolerSi a través de la entrevista que realizamos en diciembre de 2010 al maestro Cristóbal Soler –encargado por aquel entonces de realizar la transición entre la era Olmos y el futuro entonces incierto– vislumbramos que las cosas podían empezar a ser de otro modo, el nombramiento de Paolo Pinamonti tras la realización de un concurso público no exento –como todos los procesos de esta naturaleza– de cierta controversia aclaró el panorama dando a los aficionados cierta tranquilidad. El teatro estaba en manos de un hombre con conocimiento (es, entre otras cosas, musicólogo de formación, con contrastados intereses científicos en la música española) y con experiencia gestora en teatros y festivales (Fenice veneciano o San Carlos lisboeta entre otros). La primera decisión relevante de Pinamonti en el campo artístico fue confirmar en sus puestos a dos hombres de reconocidos méritos, el maestro Fauró, responsable del estupendo coro de la casa, verdadera alma de sus producciones, y el maestro Soler, que fichado hace mucho menos tiempo ha demostrado, a pesar de ello, una enorme solvencia y unas tremendas ganas de dinamizar la institución en las difíciles circunstancias transicionales antes aludidas.

Tras la bienintencionada declaración de intenciones que realizó en su presentación, y después de haber pasado el primer test importante (el cambio de gobierno y por consiguiente de Director General del INAEM) sin apenas problemas debido a su bajo perfil político, el momento de la verdad ha llegado con la preparación, de prisa y corriendo pues el tiempo apremiaba, de una primera temporada en un tiempo record. Y lo más importante de lo que acabamos de decir es que lo preparado realmente es un proyecto coherente de propuestas pluridisciplinares encaminadas a trazar una línea programática y no una mera selección de títulos líricos a los que sumar, cual cajón de sastre, una serie de espectáculos de mayor o menor interés pero absolutamente inconexos entre sí. Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que por primera vez desde que el Teatro de la Zarzuela es un centro de titularidad pública se exhibe una temporada con mayúsculas.

MarinaLa vertebran, como no podía ser de otra manera, las producciones líricas –cinco este año– que junto a una zarzuela en concierto suman ocho títulos diferentes, algo que cuenta con el mérito adicional de que el presupuesto ha menguado ligeramente (un 3%) frente al de la temporada pasada. Ante la coyuntura de terroríficos recortes a la que nos enfrentamos casi a diario, hemos de descubrirnos y aplaudir a los responsables del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, que es como ahora se llama el departamento del ramo del que depende nuestro teatro. Aun así qué lejos estamos de lo que el propio INAEM dedica al Teatro Real…Pero no nos desviemos de la materia, ¿quién dijo que la quinta producción no era posible? Lo ha sido e incluso con menos presupuesto. Para ello, eso sí, se ha reducido el número de funciones por título, que era quizá excesivamente grande para los usos de un teatro lírico. Si la distribución de géneros entre esas producciones es variada (una zarzuela grande, un programa doble de género chico, un programa doble de ópera y ballet española, una zarzuela barroca y la versión operística de Marina), tan sólo podemos quejarnos de que continúen excluidos repertorios imprescindibles como la revista moderna o la opereta europea y que el género chico no pueda explorarse en mayor profundidad como su infinitud exige.

La reina mora (pelicula)Pero lo realmente valioso de la propuesta de Pinamonti es que alrededor de las producciones giran actividades que dotan de sentido a las obras que se quiere “visitar”. De este modo el programa doble dedicado a Manuel de Falla (El amor brujo junto a La vida breve) va acompañado de dos recitales de flamenco, uno del guitarrista Tomatito y otro del cantaor Miguel Poveda, y de una exposición sobre la influencia del pintor Julio Romero de Torres sobre los aspectos visuales de la puesta en escena del llorado Herbert Wernicke. El juramento, que nos deslumbró hace doce años por su seductora partitura y por la elegantísima puesta en escena de Emilio Sagi, sirve de excusa para aproximarnos a la creaciones que el también desaparecido modisto Jesús del Pozo realizara para el teatro lírico, entre ellas las concebidas para el montaje de este Gaztambide ahora repuesto. Para el doblete de Serranos conformado por La reina mora y Alma de Dios se echará la mirada adelante unas pocas décadas después de sus estrenos para explorar cómo el cine español reinterpretó estos dos legendarios títulos; también la música de inspiración “alhambrista” tan en sintonía con el mundo sonoro de Serrano tendrá cabida a través de un concierto de la JONDE. La Marina de Arrieta (que aunque se presentará en su versión operística contará con el aliciente del añadido de los números musicales de la zarzuela que fueron eliminados al transformarla en ópera) también merecerá dos citas musicales complementarias, una dedicada a la música romántica de salón y otra a la copla (de la mano de la tiple todoterreno Mariola Cantarero). Por último Viento es la dicha de Amor de José de Nebra contemplará dos citas musicales, una dedicada a homenajear a Gesualdo da Venossa y otra a recrear el paisaje sonoro de la corte española durante la época ilustrada a las que se sumará una cita con las artes plásticas, una exposición sobre el pintor escenógrafo Francesco Battaglioli. Las tradicionales conferencias que preceden a cada estreno, patrocinadas por los Amigos de la Ópera de Madrid e impartidas por especialistas en teatro lírico, seguirán ayudándonos a disfrutar y aprender con cada zarzuela u ópera programada.

Rafael Fruhbeck de BurgosAl margen de esa línea programática hay otros cuatro grandes conjuntos de actividades dos de ellos impuestos por la tradición (el veterano ciclo de lied y la temporada de ballet de las dos compañías nacionales con “sede” en el teatro), otro por vocación (el más joven ciclo de conciertos líricos o afines) y uno incluido por deseo expreso del nuevo director (un ciclo navideño de proyecciones de películas de Charles Chaplin complementadas con la recuperación musicológica de sus bandas sonoras, interpretadas en directo). El ciclo de conciertos líricos tiene como primera anfitriona a Isabel Rey, que celebrará su primer cuarto de siglo de carrera artística cantando zarzuela, mientras que las fiestas navideñas darán lugar a una segunda edición del Concierto de Navidad, este año con el coro del teatro como feliz protagonista. Un homenaje a José Tamayo en colaboración con la compañía lírica de Nieves Fernández de Sevilla servirá de epílogo a este breve ciclo del que nominalmente queda excluido, para integrarse con más lógica en la temporada lírica, el concierto de La tempranica de Giménez que debido a la apretada agenda del maestro Rafael Frühbeck de Burgos tendrá que adelantarse al resto de la temporada durante el mes de julio.

La rapidez con que se ha querido presentar la programación –otro signo de que las cosas cambian… años ha habido en que el mes de julio empezaba sin anuncio alguno de lo que se vería durante el próximo curso– ha impedido que las giras de las producciones del teatro se puedan dar a conocer, ya que algunas ni siquiera se han cerrado. Aun así se sabe que El gato montés visitará alguna plaza europea y que los teatros que tradicionalmente reciben montajes seguirán haciéndolo. Otro aspecto que muestra nuevas maneras es la disposición de Pinamonti a explicar su propuesta: atendió a los ciber-lectores de la edición digital del diario El País –a nuestro editor Christopher Webber entre ellos– y realizó un encuentro con el público –al que también se invitó a la prensa– en el propio patio de butacas del Teatro.

© Ignacio Jassa Haro 2012


portada de zarzuela.net

11/VI/2012