Deutsche Grammophon


DG-0028947658252

Luisa Fernanda
(Federico Moreno Torroba)

Vidal Hernando – Plácido Domingo; Luisa Fernanda – Nancy Herrera; Duquesa Carolina – Mariola Cantarero; Javier Moreno – José Bros; Mariana – Raquel Pierotti; Aníbal – Javier Ferrer; Rosita – Sabina Puértolas; Don Luis Nogales – Federico Gallar; El Saboyano – Ángel Rodríguez; Vendedor – Juan Antonio Sanabria; Vendedora de cocos – Montserrat Muñumel; Bizco Porras – David Rubiera;   Don Lucas – Tomeu Bibiloni; Don Florito Fernández – José Antonio Ferrer; Pollo primero – Miguel Borrallo; Pollo segundo – Julio Cendal; Un hombre del pueblo – José Manuel Cardama; Un capitán – Juan Navarro; Un vareador – Joseba Pinela. Coro y Orquesta Sinfónica de Madrid; Jordi Casas Bayer (director del coro); Jesús López Cobos (director musical)

[ Grabada en el Teatro Real de Madrid 28 de junio y 13-16 de julio de 2006 ]


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Cuando se anunció, hace ya casi un año, que la producción (italo)-hispano-norteamericana de Luisa Fernanda iba a ser grabada durante su presentación madrileña, a la natural expectativa producida por un acontecimiento tan poco frecuente se unió un cierto miedo en quien esto escribe: el de que el reducido catálogo zarzuelístico registrado durante los años noventa por la casa Auvidis con el patrocinio de la Fundación Caja Madrid no fuera ampliado sino repetido en esta nueva aventura de la obra social de la entidad de ahorro, reemprendida ahora con el respaldo del “universal” sello amarillo.

Sin embargo para el caso de la Luisa hay que reconocer que la repetición estaba justificada a la vista del reparto protagonista: un Plácido Domingo en un rol que le “iba más”, el baritonal (de zarzuela) de Vidal en lugar del tenoril (también de zarzuela) de Javier y una María José Montiel en el cénit de su carrera en una interpretación que consiguió arrancar merecidísimos “bravos” en la Scala milanesa y en la National Opera de Washington y que ha provocado el paroxismo entre el público madrileño. A ello se unía un José Bros de extraordinario empuje que no ha quedado ensombrecido por el Domingo de Auvidis y una más que correcta Elena de la Merced que ha defendido con eficacia el papel de Carolina en todas las puestas en escena del bello montaje de Emilio Sagi. Cuál no sería nuestra sorpresa al descubrir que la protagonista absoluta del mismo había sido “excluida” del disco siendo “sustituida” por la soprano del “segundo reparto”, la emergente Nancy Herrera. El papel de Carolina también cambiaba de intérprete: pero en este caso Mariola Cantarero ha dejado para la posteridad una de las duquesas granaínas más vivas que hayamos escuchado, en lo sí que creemos que es un acierto del productor fonográfico.

El disco por lo demás es modélico. La partitura está grabada a partir de la edición crítica del hijo del compositor, que en algunos pasajes exhibe armonías y detalles de orquestación “modernos” –aunque el público puede conocerlos a través del disco de Hispavox registrado por el propio Moreno Torroba a finales de los años cincuenta– que difieren de la versión tradicional. El número 9, que contiene música incidental, está muy reducido como consecuencia de los cortes a que se sometió a los diálogos en la puesta en escena. La obra tiene enorme fluidez bajo la batuta del aquí extraordinariamente inspirado Jesús López Cobos. El Coro y la Orquesta Sinfónica de Madrid siguen con pasmosa musicalidad sus indicaciones rítmicas y dinámicas haciendo que la antinatural escucha continua en disco resulte muy natural.

En la parte canora, Domingo está esplendoroso, al margen de la mayor o menor idoneidad de su vocalidad para el rol (que recordamos que no dista mucho de la de Sagi Vela en el vívido registro hecho para el sello Zafiro hace cinco décadas); su maravillosa naturalidad al actuar y su contagiosa forma de “respirar” esta música convencen hasta al más escéptico. Herrera dibuja una Luisa de fuerte carácter con un timbre bello y una dicción bastante clara, luciendo su clase en los momentos solistas; sin embargo no acaba de empastar bien en las partes de conjunto a excepción del brillante dúo con Bros en el tercer acto. El tenor catalán es a nuestro juicio el mejor Javier del disco (descontando a la tríada Vendrell- Arregui- Folgar de las grabaciones en pizarra de los años treinta, pioneras en una rica tradición fonográfica de la que posiblemente sea la zarzuela más grabada de la historia): arrogante pero con un punto de humanidad que muchos otros no supieron darle, consigue momentos mágicos como sus dos dúos, la romanza del primer acto o la escena final del segundo. Cantarero sabe conseguir el grado de majismo nobiliario que el papel de la duquesa requiere, luciéndolo sobre todo en la escena del sorteo del segundo acto. El resto de personajes es justamente interpretado por un sobresaliente y abultado reparto en el que descuellan la Mariana de Raquel Pierotti y la Rosita de Sabina Puértolas.

El sonido directo, adecuadamente tratado, apenas se aprecia si exceptuamos las ovaciones finales de rigor, en algunos números. La presentación gráfica consolida la brillante imagen de colección inaugurada con El dúo de La africana, también grabada en el Teatro Real. ¿Cuándo entrarán los micrófonos de Deutsche Grammophon en el Teatro de la Zarzuela para ampliar esta brillante serie? Es algo que ya resulta inaplazable.

© Ignacio Jassa Haro 2007

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