Deutsche Grammophon
Resulta sorprendente ver cómo la figura de la gitana siendo plenamente representativa de lo español en la ópera francesa e italiana alcanza raramente el protagonismo en la zarzuela. La respuesta madrileña decimonónica a los roles de Carmen o Azucena se llevará a cabo eludiendo a ese tipo o marginándolo -como ocurre por ejemplo con la cantaora de La verbena de la Paloma-, en lugar de sucumbiendo a su fascinación. Eso empezará a cambiar con La chavala (1898) donde Chapí se muestra sensible a la soledad de la gitana perdida en la urbe; y dos años después Giménez centrará en este tema La tempranica, su gran zarzuela en un acto de ambientación gitana, que resulta un auténtico tesoro musical. Puede que el libreto de Romea no sea un dechado de virtudes pero eso no afecta al colorido, profundidad y complejidad de sus cuarenta y cinco minutos de música. El clásico registro de Rafael Frühbeck de Burgos con Teresa Berganza tiene cortes de considerable importancia. La versión completa dirigida por Enrique Navarro con Dolores Pérez como protagonista resulta, en contraste, peor en calidad interpretativa y técnica. Estamos de suerte, por tanto, con la aparición de esta largamente esperada grabación de Deutsche Grammophon, máxime siendo (como es) muy, pero que muy buena. Víctor Pablo Pérez logra que la música fluya sin prisa otorgándonos suficiente tiempo para deleitarnos en los numerosos aciertos de armonía, instrumentación y melodía sin que en ningún momento se pierda el ímpetu requerido. El reparto es bueno, con un aceptablemente masculino Gabrié en la canción de la tarántula y un sensible y refinado Don Luis de un poco aprovechado Carlos Bergasa. Los que se pasan, sin embargo, de refinamiento son los intérpretes que acomenten el resto de papeles menores de los gitanos. La orquesta es excelente, el sonido de DG natural y bien equilibrado; y el coro -ya sea de señoritos cazadores o de garbosos gitanos montaraces- canta con precisión y sutileza dinámica.
Poco se puede decir de la zarzuela de Chueca con la que esta obra se ha emparejado, puesto que se ha obtenido un producto de mucha menos energía, con un extravagante reparto para el cuarteto (Asia parece mayor que su madre y Serafín tiene poco de tenor cómico) y carente del adecuado sentido lúdico. Además, no se ha grabado el pequeño finale orquestal con sus ocurrentes alusiones a la música de los ratas de La Gran Vía, por lo que ni siquiera se puede decir que se trate de un registro íntegro. Bayo es una Pepa ligera e ingeniosa y María Rodríguez contrasta admirablemente con ella en su dúo por panaderos. Por ello, tan sólo la excelente aportación del coro y el limpio lucimiento de la orquestación de Chueca (¡o de quien quiera que se encargara de ella!) hacen recomendable esta versión de una obra grabada ya en numerosas ocasiones, tan inadecuada como compañera de álbum para la zarzuela de Giménez. Pero no importa. Lo que cuenta es La tempranica, y esta grabación es la versión de referencia de nuestro tiempo. El folleto, bellamente editado, incluye un artículo divulgativo de Concha Gómez Marco y los cantables completos de las dos zarzuelas. Las traducciones de todos los textos a cargo de Susannah Howe superan, si cabe, su habitual excelencia, aportando valiosas notas que facilitan al lector inglés la comprensión del intrincado lenguaje de Romea. Dado el amor puesto en este proyecto -sin mencionar la importancia de los fanes de Bayo o el evidente interés de una obra como ésta para una audiencia internacional- resulta sorprendente que Deutsche Grammophon haya catalogado este cedé como de "interés exclusivamente local", descartando su distribución fuera de España. En la aldea global, una política de ventas tan pasada de moda y tan corta de miras hacia uno de los compositores considerados "grandes" es inexplicable e imperdonable. ¿No se percata DG de que la zarzuela se soltó del ancla que la ataba al pasado hace mucho tiempo? Impedir la distribución internacional de este CD es una decisión triste, mala y descabellada. © Christopher Webber
2009 Addenda: Debería de haber dejado claro que la grabación de Deutsche Grammophon no incluye el texto hablado del breve melodrama (¡María! ... ¡Qué!) entre la heroína y su hermano, de la sección central del coro a ritmo de tanguillo con que concluye el cuadro gitano, aunque el acompañamiento musical sí que ha sido registrado. Como Andrew Lamb amablemente me ha recordado, tan sólo fue grabado en la versión de Navarro. En cualquier caso ninguna de las grabaciones incluye la pequeña canción sin acompañamiento de Gabrié (Núm. 4 bis) con la que, según la partitura manuscrita, termina la escena incial (aunque no exista rastro de la misma en otras fuentes)
2/V/2009 |